sábado, julio 28, 2007

PELANDO LA CEBOLLA


“Al recuerdo le gusta jugar al escondite como los niños. Se oculta. Tiende a adornar y embellecer, a menudo sin necesidad. Contradice a la memoria, que se muestra demasiado meticulosa y pendencieramente, quiere tener razón. Cuando se le atosiga con preguntas, el recuerdo se asemeja a una cebolla que qusiera ser pelada para dejar al descubierto lo que, letra por letra, puede leerse en ella: rara vez sin ambivalencia, frecuentemente en escritura invertida o de otro modo embrollada. Quien no recuerda con exactitud se aproxima a veces, sin embargo, a la verdad un poco más, aunque sea por senderos torcidos”

Gunter Grass, en “PELANDO LA CEBOLLA” nos inmersa en ese mundo de recuerdos, de una infancia rota y silenciada por un secreto de joven: pertenecer orgullosamente a las juventudes hitlerianas y a la Waffen SS, secreto guardado por sesenta años y revelado en este libro: “Debo reconocer que la doble runa(SS) del cuello de mi uniforme no me resultaba chocante”.

A los 17 años, el alemán recibió por correo lo que tanto ansiaba: el llamado a filas en el frente, la ciudad de Dresde. En donde prestó juramento a la Waffen SS.

¿Puede fecharse con tanta precisión aquello que empezó y acabó? Si se trata de infancia, sí. Una niñez en Danzig perseguida por la sombra de la II Guerra Mundial y el arte. A los 7 años de edad, Grass, mal pronunciaba los nombres de Giorgione, Mantegna, Boticcelli, Ghirlandaio y Caravaggio.

Narra las penas del primer amor comparadas con un dolor de muela, sin embargo, va más allá: “No, a mi amor de trenzas negras no la nombraré. Tal vez viva aún en alguna parte, haya sobrevivido como yo y, anciana no quiera ser molestada por un anciano”.
Un recuento desde su infancia, su adolescencia y participación en la guerra, su vicio por el cigarro, sus aventuras románticas, la llegada de su amada Anna y su anhelado viaje a París, hasta la aparición del Tambor de hojalata en 1959.

Página trás página, lo de ayer, duele hoy; y es un dolor y recuerdo que no duerme, que no descansa, que busca salir y encuentra escape en sus lectores antiguos y nuevos, en este ejercicio de memoria Gunter Grass, nos destapa sus secretos: “Durante decenios me negué a admitir esa palabra(Waffen SS) y esas dos letras. Lo que había aceptado con el tono orgulloso de mis años jóvenes quise ocultármerlo a mí mismo después de la guerra, por una verguenza que surgió después”

La palabra CULPA ronda en todo el libro; tiene peso y cobra forma. Una palabra tan arraigada en el sustrato de la lengua alemana (SCHULD). La culpa, tanto demostrable como oculta o presunta, sólo, permanece. Está allí, ocupando un lugar. Queda como sedimento, no puede eliminarse como una mancha, no puede lamerse como un charco: “GUARDÉ SILENCIO”. Guardar silencio sobre su pasado nazi, ¿lo hace culpable? o confesarlo 60 años despúes, ¿lo exime de sus cargos de conciencia? El dilema para Grass, premio Nobel de literatura, no descansa. Acepta sus cargos de conciencia, pero explica sus razones, porque romper su silencio, provocó un grave escándalo en Alemania el año pasado.

“Entre 1930 y 1943, todas las acciones alemanas me parecieron legítimas como represalias. Creía en el Fuhrer con “indubitada seguridad”, hasta que todo quedó hecho añicos”

“La afirmación de mi ignorancia no podía disimularla mi conciencia de haber estado integrado a un sistema que planificó, organizó y llevó a cabo el exterminio de millones de seres humanos. Aunque pudiera convencerme de no haber tenido una culpa activa, siempre queda un resto, que hasta hoy no se ha borrado y que con demasiada frecuencia se llama responsabilidad compartida. Viviré con ello los años(80) que me queden. Eso es seguro".

Una tristeza contagia, duele y expulsa:
“La cebolla tiene muchas pieles. Existe en plural. Apenas pelada, las pieles se renuevan. Cortándola, hace saltar las lágrimas. Sólo al pelarla dice la verdad. Lo que ocurrió antes y después de terminar mi infancia llama ahora a la puerta con hechos y transcurrió peor de lo deseado, quiere ser narrado unas veces así y otras asá e induce a contar historias vivas” En “Pelando la cebolla” tenemos un ejercicio de memoria, del inolvidable autor del "El tambor de hojalata"

Libro: Pelando la cebolla
Autor: Gunter Grass
Editorial: Alfaguara
Año: 2007

21 comentarios:

Pekas dijo...

Cómo otras tantas veces consigues que la curiosidad viaje hacia las librerias más cercanas o a las bibliotecas , en busca de lecturas tan interesantes cómo esta...

La memoria sigue ahi... recordando aquello que resta bajo las capas de la cebolla... o guardado en ese mueble lleno de cajoncitos en los que algunos guardamos los recuerdos... unas veces bajo llave...otras envueltos en cajones forrados de terciopelo rojo... algunas incluso con cadenas y cándados , de los que nos hemos deshecho de las llaves que los abrian... :-((((

Hay momentos ...hay días.... en los que me es inevitable ordenar y revisar esos cajones... siguen formando parte de mi presente... (aunque los haya guardado en el pasado... )

Un beso lleno de memoria y de tú recuerdo...
PIER

Claudio López Iscafre dijo...

Sabes que no lei nunca a Gunter Grass. Da para investigar... hay tantos libros, tanta musica, tanta pintura, tantas fotos... ¡cuanto nos quedaremos sin ver ni oir! besos

EL SENSEI dijo...

SE QUE SABES DONDE NACEN ESTAS PALABRAS... PERO HOY LAS LLEVO A TI... CON EL ALMA HENCHIDA DE CARIÑO:

No puedo darte soluciones para todos tus problemas de la Vida. No tengo respuestas para tus dudas o temores, pero puedo escucharte y compartirlos contigo.

No puedo cambiar tu pasado ni tu futuro, pero cuando me necesites estare junto a ti.

No puedo evitar que tropieces.
Solamente puedo ofrecerte mi mano
para que te sujetes y no caigas.

Tus alegrías, tus triunfos y tus éxitos no son míos. Pero disfruto sinceramente cuando te veo feliz.

No juzgo las decisiones que tomas en la vida. Me limito a apoyarte, a estimularte y a ayudarte si me lo pides.

No puedo trazarte límites dentro de los cuales debes actuar,
pero sí te ofrezco el espacio necesario para crecer.

No puedo evitar tus sufrimientos
cuando alguna pena te parte el corazón, pero puedo llorar contigo y recoger los pedazos para armarlo de nuevo.

No puedo decirte quién eres ni quién deberías ser. Solamente puedo quererte como eres y ser tu amigo.

En estos días pensé en mis amigos y amigas, y entre ellos apareciste tú. No estabas arriba, ni abajo ni en el medio. No encabezabas ni concluías la lista.
No eras el número uno ni el número final. Y tampoco tengo la pretensión de ser el primero,
el segundo o el tercero de tu lista.

Basta que me quieras como amigo. Gracias por serlo.

troya dijo...

"la lucha del hombre contra el poder , es la lucha de la memoria contra el olvido". por ello, es indispensable no olvidar, empero recordar no basta, tenemos que resarcir a los vencidos, alos humillados, tenemos que hacer justicia a los pueblos pisoteados y golpeados.

la granota dijo...

Gracias, lo pondré en lista de espera.

Anónimo dijo...

Hola, paso a saludar, soy parte de SURTE al igual que tú :), así que me tomo la libertad de entrar en tu mundo dejarte un pequeño mensaje y agregarte a mis links...

Un gran abrazo desde Chile

La Gata Insomne dijo...

Hola qué buena reseña, que fuerte la historia, desde adentro y desde las circunstancias, las cosas se pueden ver de mil maneras.
Siento que ls alemanes de la última generación se han podido abrir (y van escalando encine, arte y literatura), ya quede algunamanera se sienten expiados de culpa por la(s) generaciones anteriores.

Voy volando a por el libro, todo lo de él me gusta desde el terror

besos

Santiago Paz dijo...

Querida, como dijo Al Pacino en "Devil's Advocate": "Hijo mío, la culpa es como un saco de ladrillos: solo debes soltarlo..."

Gunther Grass lo sabía.


Beijos.



atte:
Paz

MORGANA dijo...

Los recuerdos no avisan cuando vienen y viajan libremente.
Querida Monique, me voy por unas semanas de vacaciones, y no queria irme sin antes desearte un feliz verano, y darte las gracias por todo lo que aprendo siempre de tí.
Muchos besos, linda¡¡¡ hasta la vuelta.

Javier López Clemente dijo...

¿Seremos valientes como para pelar nuestra propia cebolla?

Salu2 Córneos.

vanto y vanchi dijo...

hay ciertos autores con quienes suelo peleerme a menudo porque son muy densos, o poco profundos, o demasiado rebuscados o demasiado leídos o simplemente porque no alcanzo a encontrarle sabor...cervantes, faulkner y gunter grass son los que por ahora llegan a mi mente.

Anónimo dijo...

Para mi que mas que recuerdos lo considero una confesión. Pero una confesión de catecismo: dolor de corazón, propósito de enmienda, contrición, arrepentimiento....solo le falta cumplir la penitencia.
O algo que le alivie el recuerdo, que para él es mas un pecado aunque de juventud.

✈єℓιzα™ τσdσs lσs Dεяεcнσs яεsεяvαdσs cσρчяιgнτ dijo...

Los recuerdos que nos llenan una capa de emociones que salen a relucir de vez en cuando en nuestras emociones... besos!

A. M. Vermon dijo...

Hola, un saludo.
Siempre enriqueciéndonos con tus artículos, que nos hacen pensar y observar distintas situaciones de la vida.
El destino, las circunstancias nos condicionan sin lugar a dudas. El hombre es superviviente y sigue la corriente para sobrevivir. Nunca juzgo a nadie, siempre pienso que yo en lugar de cualquiera pudría cometer igual o peor errores que cualquiera.
La tierra gira y gira y todo es cíclico, como las cebollas con sus capas, asi se repiten hechos y circunstancias. Entre tanto el corazón del hombre vibra en Amor, una leve llamita anida en cada corazón, que todo este mundo material, resulta molesto porque existe una conciencia dormida o semidormida en la humanidad que anhela un mundo mas justo, mas solidario, un mundo de amor y de paz.

Jok dijo...

Júpiter despierta a Marte. Decidido, intenta hacer hervir la sangre del más grande de los guerreros. Apresa su rostro con ambas manos y le brama con mil rugidos.

Hijo del cuarto Rey, príncipe del astro rojo ¿Cómo piensas derrotar al demonio de las dos cabezas? ¿Cómo vas a devorar al monstruo que tu mismo has creado?
Hermano, ¿cómo has podido permitir a Eris, diosa de la discordia, que arrebate tu sobriedad? ¿Acaso no nos advirtió el astro rey que ella era Leviatán? Y ahora, ¿cómo vas a romper el conjuro que llevas tatuado en tu piel?

(Silencio…) Mirada escrutadora a pocos centímetros de sus ojos. Marte no aparta ni esquiva, sus pupilas desafiantes.

Marte ¡Ahora manifiéstate!

Elige tu mejor arma. Hazla prolongación de tu diestra y aliada de tu siniestra. Libera tu mente de cada segundo mutuo. Extráela de tu centro y por fin, lánzala al vacío.

Hoy debes hacer fluir tu saliva y tu semen. Mueve tus tentáculos en las oscuras grutas. Debes llegar al principio del universo y entender tu linaje.

Perdona si mis palabras te resultan demasiado duras... Pero si tu valor huyó para siempre, o has perdido la fe en ti, debes acabar con tu amargura. Quizás Hera pueda ayudarte. En su collar guarda cápsulas narcóticas de amapola.

chuliMa dijo...

ufff....

Yo he disfrutado muchisimo con ese libro, quizás sea que el tema de la culpa es fascinante o como cada uno la lleva, sobrelleva o sin más se dedica a ignorarla.

Shaluditos bella.

Y un dia.... dijo...

los recuerdos....... a veces seriamos mas felices si ovidaramos mas facilmente, no te parece?.... solo recordar lo que quisieramos

MentesSueltas dijo...

Hola, pasaba a saludar y dejar mi cariño.
MentesSueltas

Darío Zetune dijo...

Excelente! Ya tengo otra opción para leer literatura alemana contemporánea.

Acá llegando luego de varios linkeos.

Saludos

Sergio.

Naty dijo...

Se añade esta cebolla, a mi lista de pendientes... Saluditos ;)

Mr. TAS dijo...

qué gran polémica ha suscitado este libro...
100% sinceridad que hay que separar de cualquier juicio simplista y valorar objetivamente.