

Mi emoción desbordada no es ciega, el color azul-turquesa abraza el océano. Herman Melville hubiese envidiado el escenario; reunía el azul para soñar; el verde para respirar. 

La travesía de hora y media en lancha postró la Isla de Los pájaros a mis ojos, el recorrido en la región del Olmán o los Tuxtlas, no tenía caducidad y pensaba: ¡me pagan por atragantarme de belleza! fascinante trabajo el mío.
Un nuevo crío fijó la mirada en un mundo colapsado ecológicamente ¿sobreviviría? En las alturas todo regresa a su lugar, el sentido de pertenencia es diferente, sin más, le asignaría un nombre al polluelo: “Bartleby”.




Aprender a volar es aprender a ser más libres ¡Qué sinfonía! La danza ininterrumpida festejaba el despertar de “Bartleby”. El olor a mar fresco atrapó los recuerdos del pasado verano. La mirada vuelve a esas fotos, regreso al mismo lugar: lo que no volverá y está presente. Sentir la brisa, el calor de las aves(tijeretillas y pelicanos) participar en su festín, contemplar el mundo a mis pies, en un territorio vasto, conmovedor, hace que su paisaje se anide en mi interior para siempre y por siempre.
Fotografía: Monique Camus
Locación: Isla de los Pájaros, Toro Prieto (Región Los Tuxtlas)Veracruz, México.