MUSEO DE LAS ESTELAS

La hermosa tarde se rendía a mis ojos. Un paseo por el Museo de las Estelas Mayas, en la hermosa ciudad de Campeche, sería el preámbulo de una de las tantas maravillas, que conserva la ciudad. Un espacio pequeño cobra grandeza por sus resguardos. El Baluarte de la Soledad en su interior arropa la exhibición de monumentos escultóricos de diversas zonas arqueológicas del estado. 

Ciudades mayas dormidas de pies alberga Campeche, son ejemplo del alto nivel de planeación y ejecución alcanzado por sus constructores durante el periodo clásico (250-900 d. C.)

Cuatro estilos arquitectónicos se identifican en sus piedras talladas a mano: Puuc, Chenes, Río Bec y Norte del Petén, algunos de ellos los encontramos en este museo.

Elegante indumentaria maya, adornada con accesorios de jade.

Máscara de Jade encontrada en Calakmul; ciudad sede de la poderosa dinastía Kaan "Cabeza de serpiente". Las culturas mesoamericanas valoraron el jade como la piedra más hermosa, su color lo vinculaban a la fertilidad, el agua, la vegetación, el maíz, la vida. Los mayas le denominaron "u ya´axil tun" y le asignaron diversos usos: ornamental, funerario, ritual y terapéutico.

Los mayas regían  su destino por un calendario que parecía unir el tiempo al infinito.


Arquitectos y escultores consumados.
Trece cielos y nueve infiernos rodeaban a la Tierra; cada día de la semana era como un dios vivo.





Hermosas estelas representaban a jefes dioses.

El mundo maya no me es ajeno, no me he sentido extraña en toda sus partes. Mi vida, mi trabajo, mis pasos nómadas, siempre en movimiento. Sigo construyendo el hotel del mundo próximo y lejano, de la ciudad y del silencio, del frío y del calor, parafraseando a Cees Nooteboom.

Fotografía: Monique Camus

II PARTE.